El mercado de la vivienda en España empezó a despegar de nuevo en 2014 dejando atrás la que ha sido la crisis más dolorosa para el ladrillo en nuestro país. Tras seis años de constantes crecimientos, tanto en el número de transacciones como en el precio de las casas, el mercado se acerca de nuevo al final de un ciclo.
¿Se han repetido los mismos errores del pasado?, ¿será la próxima crisis inmobiliaria igual de dañina que la anterior?. Los expertos se niegan a hablar de una nueva burbuja y aseguran que la ralentización que se está dando en el sector de la vivienda, lejos de ser la antesala de una nueva crisis, es incluso “una buena noticia para el mercado”, ya que permitirá “extender aún más este ciclo y hacerlo más sostenible”.
“…al cierre de 2019, se observa que el mercado residencial actual es bien distinto al anterior”, explica Juan Fernández-Aceytuno, consejero delegado de Sociedad de Tasación. “Por un lado, el número de compraventas es actualmente casi la mitad y el número de hipotecas se reduce a alrededor de la tercera parte de las otorgadas en 2005”, apunta el directivo, que destaca que “si bien en 2019 no se da la situación anómala que se daba en 2005, con un número de hipotecas muy superior al número de compraventas”. Así, en 2005, mientras se vendían algo más de 901.000 casas, se firmaron 1,25 millones de hipotecas.
Se observa que, en la actualidad, “si bien se van recuperando las compraventas todavía hay margen de recorrido, con un nivel hipotecario muy bajo, que de hecho, en cifras globales prácticamente no ha variado con relación a 2018.
Para poder comparar la situación actual con el ciclo pasado, hay que tener en cuenta que en el periodo 2004-2005 los tipos de interés rondaban el 4%, mientras que ahora están entre el 1 y 2%, y a pesar de ello el volumen de hipotecas era un 28% superior entonces.
Las cifras indican que no habrá una crisis inmobiliaria en el futuro inmediato y las hipotecas de nivel muy bajo hacen el presente un buen momento para los que pueden aprovechar para hacer una inversión.